Gaizka, de 20 años, tenía toda la vida por delante, pero se la dejó en la carretera. El joven, vecino de Abanto, se ha convertido en la última víctima del asfalto en Vizcaya. Al volante de su antiguo 'BMW 320', con matrícula de Santander, bajaba de su casa, donde vivía desde hace dos años con sus padres y una hermana adolescente, por la carretera de Gallarta, la BI-2757, en dirección hacia el polígono El Campillo. Faltaban unos minutos para las cuatro de la tarde, cuando el destino le guardaba un encuentro fatal. El muchacho, estudiante de la Escuela Profesional de Muskiz, estaba realizando prácticas en una empresa y esta semana le tocaba trabajar de noche, según explicaron ayer sus amigos, que se reunieron en el punto del accidente entre muestras de dolor.
En una de las rotondas, el 'BMW' de Gaizka colisionó por causas que se desconocen contra un 'Mazda 3' de color rojo, pilotado por otro joven de 25 años, que resultó herido y fue evacuado por una ambulancia de Osakidetza hasta el hospital de Cruces, donde quedó ingresado, según informó el Departamento de Interior en una nota de prensa.
Atrapado
El choque resultó mortal para el conductor del 'BMW', que recibió el golpe en un lateral, mientras que el 'Mazda' tenía destrozada la parte frontal. El atestado que elabora la Ertzaintza reconstruirá cómo se produjo el siniestro. A causa del impacto, el cadáver del joven quedó atrapado entre los hierros y tuvo que ser liberado por una dotación de Bomberos.
Al registrarse el choque tan cerca de su domicilio, sus padres se desplazaron hasta el lugar y siguieron allí las labores de desencarcelación, en una escena desgarradora. Los numerosos amigos del muchacho, procedentes de los barrios de Gallarta, El Campillo y La Balastera, entre otros, se fueron acercando también hasta la rotonda para comprobar que la noticia que les acababan de dar por teléfono era cierta.
«!No puede ser!», repetía uno de los adolescentes, que, llorando, se abrazaba a otro sin poder asumir aún la tragedia. Pensativos y en silencio, daban vueltas sobre sí mismos con la cabeza gacha. «Los he tenido muchas veces en casa», se dolía la madre de otro de los chavales. «Nadie sabe lo que es perder un hijo hasta que no le pasa», reflexionaba.
Sendas grúas de arrastre retiraron los dos vehículos siniestrados entre las cinco y las seis de la tarde. El cuerpo del joven fue trasladado por una funeraria hasta el Instituto de Medicina Legal de Bilbao, donde se le practicará la autopsia. Mientras sanitarios y Bomberos atendían y liberaban a las víctimas, el tráfico quedó cortado. Después, agentes de la Ertzaintza y de la Policía local de Gallarta regularon la circulación hasta que la vía quedó libre
